diumenge, 29 de novembre del 2015

EL SIMBOLISME DEL LINGA

El Linga i el Ioni són simbols representatius i molt representats en el shivaisme, i crec que mereixen una explicació més enllà del que personalment ens puguin suggerir, i de la explicació que cadascú pugui donar-li. Sovint resulta inexplicable i confús per a una mentalitat occidental com la nostra i per això he volgut afegir uns paragrafs escollits del llibre "El Shivaísmo y la Tradición Primordial" d'Alain Daniélou, gran erudit i coneixedor del mon de la India i que pot aclarir el simbolisme que s'maga al darrera d'aquest culte al Limga.

"El simbolo de Shiva, el creador del mundo, la imagen que se venera en sus templos, es el falo erecto, el Linga. Está enterrado en el órgano femenino, el Yoni, pero no lo penetra. Sale victorioso de él como la columna de fuego que surge del vientre de la tierra y que se denomina el Linga de luz.

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Lo que se venera no es el falo en sí mismo, sino aquel de quien el falo es signo, el Progenitor, la Persona cósmica. El falo es el emblema, el signo de la persona de Shiva, de quien es imagen. (Shiva Purana 1.16.106-107)"


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"Según los tratados de arquitectura, el Linga, emblema de Shiva, se divide en tres partes. La parte inferior es cuadrada, oculta en el pedestal. Representa a Brahmâ, el constructor, el poder de gravitación que forma los mundos. La parte central es octogonal y representa a Vishnu, la fuerza centrípeta de concetración que da nacimiento a la materia. La parte superior es cilíndrica y representa a Shiva, la fuerza centrífuga de expansión, de la cual surgen la forma y la materia. El Linga está abrazado por el Yoni, el receptáculo. "La Madre universal es su altar. El propio Linga es la Inteligencia pura" (Shiva Purana 1.21.22)


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¿Por qué se venera el Linga? Porqué es el símbolo de lo permanente, de los arquetipos que revelan la naturaleza del hombre universal, de Purusha. Venerar el Linga es reconocer la presencia de lo divino en lo humano. Es lo contrario de un monoteísmo antropomórfico que constituye la proyección del individualismo humano en el mundo divino. En el instrumento de la procreación veneramos el principio creador y esto en la dicha, pues el órgano procreador es también el instrumento de placer que por un instante fugitivo nos da un vislumbre de la beatitud divina. El estado divino está formado por tres elementos que son : la existencia, la conciencia y el gozo ( Sat - Chit - Ananda ). Sólo por el gozo forma parte del ámbito de la experiencia. Por tanto, es a través de él como podemos intuir, rozar el estado divino.



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El hombre, según el principio tántrico, no es más que "el portador del falo". Todo su ser está condicionado por este fin procreador, puesto que es a través de una sucesión de seres vivos como se transmiten la vida, la conciencia, el saber, los poderes de la iniciación. Por otra parte, dado que el estado divino es un estado de bienestar total, cuando el ser humano está más cerca de Dios es en el instante del goce procreador, cuando por un momento vislumbra la beatitud divina. El estado divino tiene, pues, como imagen esta chispa de felicidad que resulta de la unión con el órgano femenino, imagen de la energía primordial de la que ha surgido el mundo. La madre es un receptáculo que recibe la semilla y del cual ha surgido el ser vivo."

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Nos recuerda que cada uno de nosotros no es mas que un ser efímero y de poca importancia, que nuestra única función es mejorar el eslabón que representamos durante un instante en la evolución de la especie, y transmitirlo. El culto al falo se halla unido, pues, al reconocimiento de la permanencia de la especie frente a la impermanencia del individuo, del principio que establece las leyes de las que hemos surgido y no de sus aplicaciones accidentales y temporales, del principio de la vida y no del ser vivo, de lo abstracto y no de lo concreto. Hay implicaciones en todos los planos, ya se trate de moral, de ritos, de cosmología, de sociedad, etc.


Renunciar al culto del Linga para venerar a una persona, sea divina o humana, es una forma de idolatría, un ultraje al principio creador. Es el pecado de orgullo que quiere reducir lo divino a la imagen del hombre. Todos los textos sagrados del shivaísmo, los Purana, los Tantra, los âgama, nos repiten que sólo aquellos que veneran el falo divino serán salvados, que todas las sociedades que se alejan de su culto y del respeto al cuerpo-sexual están condenadas a la decadencia y serán aniquiladas como lo fueron los Asura, la raza de hombres que precedió a la humanidad actual."


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