dijous, 5 de novembre del 2015

EL TEMPLE HINDÚ


Al llarg d'aquest viatge a la India visito molts temples i crec necessari fer una introducció per a fer més comprensible el que allí s'hi representa. Sense una minima introducció cauriem facilment en l'error i en el millor dels casos en el que jo anomeno "kemaku", una reacció simplista davant la bellesa incomprensa.


"Cada templo está construido conforme a unas reglas de arquitectura sagrada, contenidas y especificadas en un tratado denominado Vastushâstra. Todas sus partes formas y medidas tienen unos valores simbólicos. El templo es un mandala tridimensional, un diagrama simbólico con referencias a ocho deidades que representan los puntos cardinales. Es un espacio sacro y mágico que pretende ser una representación microcósmica del universo. Un trazado de su planta sería el diseño gráfico de lo que el edificio pretende significar.
La misma construcción del templo es un acto mágico y religioso a la vez. Representa el intento de dar forma al desorden de la existencia, con la ayuda de los dioses. Por ello, el constructor sigue un orden prefijado e inserta su propia concepción en la medida del "codo" o medida primaria -diferente en en cada construcción- que hará que las proporciones de su edificio sean únicas. Además, compaginará los simbolismos de las partes de manera místicamente armónica. Un altar redondo simboliza el mundo terrestre. Uno cuadrado, el mundo celestial. Las formas circulares simbolizan el movimiento cíclico del tiempo y las formas cuadradas, inmóviles, representan al Absoluto. 
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El centro del templo, el sancta sanctorum donde se alberga la deidad, recibe el nombre de garbhagriha. Enfrente de él se encuentra el denominado navaranga, desde donde los devotos hacen las ofrendas. el ardhamandapa es un pabellon semicircular que conecta el sancta sanctorum del templo con la sala principal o mukhamandapa. Existen además otras dependencias como el agnishâlaâ, la cámara o lugar destinado al fuego consagrado, el bhogamandapa, donde se alimenta a los peregrinos, o el nâtamandira, un atrio con columnas, destinado a música devota, danza y reuniones religiosas.
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En el templo hindú todo son luces, colores, música, ruidos, comida y, en definitiva, bullicio. Es la actividad de la vida. el rito de acercamiento a Dios supone respeto, pero no temor. Nadie se ofende ni se molesta porque vitalmente los niños corran o griten. No se exige el silencio, no se exige la sobriedad en los colores de la vestimenta, no se exige la puntualidad ni la homogeneidad en el rito. Las gentes acuden a rezar a cualquier hora y si coinciden con las ceremonias que por su cuenta ofrece el sacerdote, no están obligados a presenciarlas. Hay total libertad en este acercamiento a la divinidad."

Texte extret del llibre: "La India mágica y real" de Enrique Gallud Jardiel. Miraguano Ediciones.

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